Me llamo Juan y esta es mi historia
Hola. Me llamo Juan y tengo que confesar que no odio la navidad tanto como pensaba. Ahora que el coronavirus ha cambiado la forma de celebrar estas fiestas, he de reconocer que las echo (un poco) de menos.
Hola. Me llamo Juan y tengo que confesar que no odio la navidad tanto como pensaba. Ahora que el coronavirus ha cambiado la forma de celebrar estas fiestas, he de reconocer que las echo (un poco) de menos.
Las aspas del molino hace años que no giran, la mina cerró 7 años atrás y la fábrica acaba de trasladarse 100 kilómetros al norte por la carretera nacional. Los jóvenes ya no quieren heredar el trabajo de sus padres. El éxodo a la ciudad ha dejado el pueblo casi vacío y un lunes a la hora del vermú en el bar de la Juani solo quedan dos parejas de ancianos jugando al mus, Lola, la hija mayor del panadero y la única de su generación que todavía no se ha matriculado en la universidad, y el tío Eusebio.