La brecha abierta y el corazón a mil. Tiene miedo, pero lo domina. La rabia se apodera de su inocente acción y su orgullo le vence el pulso al temor. Se levanta y avanza con fuego en su mirada. Sus ojos devoran su futuro y el futuro no se olvidará de ellos.
Su bravura y su determinación son incomparables. Incluso cuando su cuerpo cede su alma sigue adelante. Ni Dios podría detener su voluntad.
Construido entre oro y platino, forjado entre fango y dolor.