Voy flotando en mi barco.
A la deriva y cerca del sol.
Tan lejos como puedo de los fantasmas.
Con el alma volátil y el soplo de un viento que nunca se apaga.
Huérfano de tierra firme.
Entre mareas que nunca terminan.
Encerrado en un océano del que no sé escapar.
Hijo del mar y de sus caprichos.