Con la llegada del 2019 y con una marca de 400 puntos en los últimos 10 partidos para James Harden, intentamos explicar las claves de sus actuaciones en esta campaña NBA
James Harden no tiene límites. Su juego ofensivo sigue progresando cuando parecía que, tras el MVP, no podría hacerlo. Sin embargo, contra toda lógica, el base-escolta de los Rockets ha vuelto a poner en otra dimensión su parcela de ataque.
Ningún jugador de la NBA había logrado permanecer por encima de los 33 puntos de promedio desde la campaña 05-06, temporada en la que Kobe Bryant acabó con la friolera de 35’4 puntos de media, no obstante, Harden se ha propuesto romper esa barrera y ponerse a la altura de los más grandes.
La barba está en 33’3 puntos de media con una efectividad mayor en tiros de campo que la de Kobe en aquel curso (54’7 de Harden por 49’1 de Bryant), menor volumen de tiro (29′ 6 tiros por 100 posesiones de Harden por los 35 tiros de Kobe cada 100 posesiones) y una mayor incidencia en la producción total de los suyos, tanto en el ofensive rating (118 puntos anotados con Harden por 100 posesiones que superan a los 114 de Kobe en el mismo rango de acción), como en el número de asistencias (8’4 por partido de la estrella de Houston y 6’5 por partido del 24 angelino). Con estos números queda claro que Harden está en unos registros históricos vistos hace 30 años, cuando un tal Michael Jordan terminaba la campaña 89-90 con 33’6 puntos por partido, una efectividad en tiros de campo del 55%, 30’5 tiros de campo cada 100 posesiones, un ofensive rating de 123 (la tercera mejor marca de toda su carrera) y 6’3 asistencias por duelo.
La estadística no miente, pero no explica el porqué de un paso más en el apartado ofensivo de James Harden. Su potencial ha ido creciendo con el transcurso de los años, y aunque gran parte de la culpa la tiene su inmenso talento innato, las horas de trabajo para aprovechar al máximo sus recursos, el entendimiento del reglamento y su desarrollo en conceptos técnicos han permitido darnos a un jugador único en su especie. Vamos a repasar algunas de sus grandes virtudes y puntos fuertes en el apartado ofensivo por los que tiene tanta incidencia en el juego y, en general, en la NBA. Aquí van los tres conceptos que le han permitido seguir progresando en su camino hasta la cima: Eurostep, Zerostep y Pick & Roll.
EUROSTEP
Harden es de los mejores a la hora de marcar los pasos y ejecutar cada uno de los apoyos. Su tremendo IQ sobre la pista le permite aprovechar cada uno de ellos para sacar ventaja y con el eurostep entre sus cartas más utilizadas se ha convertido en un maestro a la hora de finalizar.
Con esa plasticidad a la hora de efectuar el segundo apoyo, cambiando el sentido de sus pasos hacia canasta y atacando con decisión a su par, Harden suele encontrar el espacio suficiente para dejar la bandeja en el aro. Le gusta esperar hasta el último momento, cuando el defensor da el primer paso y ya no puede retroceder, para controlar el balón e iniciar la entrada casi en el mismo instante en que recibe la acometida rival, permitiéndole salir sin oposición, estirar el brazo y anotar los dos puntos. Su finta y abertura hacia fuera para acabar encontrando el aro es una verdadera maravilla. Protege el balón llevándolo a la altura del estómago y sacándolo cuando sabe a ciencia casi exacta que no recibirá el tapón.
Otro jugador preferiría arriesgar menos en los tiempos, pero Harden tiene tal dominio del balón, tal control corporal y tanta confianza en su mecánica a la hora de ejecutar los pasos que no suele fallar. Estiloso y elegante, pero por encima de eso, muy listo y con una gran fuerza en sus piernas para explotar y cortar a canasta con mucha potencia.
Aquí un repaso de algunos de sus mejores eurosteps
ZEROSTEP
Estados Unidos es el país del paso cero. Jugadores como John Wall o Anteto son auténticos artistas en esta técnica ya extendida por el viejo continente, pero James Harden ocupa el primer puesto entre los practicantes de esta religión.
Tal y como me explicó en su momento el entrenador Diego Blázquez, ‘el paso cero se trata de un apoyo extra permitido cuando al controlar el balón (ya sea tras un rechace, un pase o su propio bote) el jugador tiene un pie en el suelo y se encuentra en movimiento. Antiguamente ese era el pie de pivote (si hacíamos una parada) o el primer apoyo de los dos permitidos en una entrada a canasta. Ahora ese apoyo no cuenta, y por eso le llaman CERO, para que sigamos contando como 1 y 2 los demás apoyos que el jugador da en el suelo. Por lo tanto es un concepto que convierte al jugador ofensivo en mucho más impredecible, más rápido y con mayores recursos para cambiar de dirección en carrera o generar espacios para parar y tirar’.
El exterior de los Houston Rockets juega con dos cosas a la hora de efectuar este movimiento: su extraordinario control de balón y la dificultad de los árbitros para poder interpretar en qué momento está controlado, algo que la NBA tiende a dejar pasar en caso de duda, y es que el comité de árbitros lo tiene claro, si es difícil de apreciar en directo, no se sanciona.
Harden domina la pelota naranja a las mil maravillas. Su dedicación para mejorar su capacidad en el bote y su cambio de mano mientras acelera y desacelera a placer le convierten en un jugador muy complicado de arbitrar. Son muchas las ocasiones en las que ha generado polémica con sus movimientos en las redes sociales, y aunque en alguna jugada se ha saltado el reglamento sin castigo, en la mayoría no se trata de un fallo arbitral, más bien de un extremo acierto de Harden para poner en aprietos al ojo humano y explotar cada recurso permitido por la normativa vigente.
Aquí podemos ver como Harden emplea el paso cero ante Klay Thompson para sacar una pequeña ventaja al echar el cuerpo hacia atrás con un stepback. En lo que otro jugador sacaría un par de centímetros, Harden mete medio metro a su par y tira con total comodidad.
Otro de sus recursos más habituales en los que incluye el paso cero es a la hora de usar el Eurostep, combinándolo con el paso cero para sortear a su par sin ningún problema. En este caso es importante tener en cuenta el dominio del balón para no incurrir en pasos.
Pero, por encima de todos, esta es mi jugada preferida, volviendo al stepback y dejando una obra de arte en la que Harden pone en alza su alto IQ, su absoluto control de la pelota, su demoledor cambio de ritmo, su buen uso del cuerpo para absorber el contacto sin perder coordinación y su equilibrio para no caer en su propia trampa, esa con la que consigue hacer morder el polvo a su par.
<blockquote class=»twitter-tweet» data-conversation=»none» data-lang=»es»><p lang=»en» dir=»ltr»>No. 11<a href=»https://twitter.com/JHarden13?ref_src=twsrc%5Etfw»>@JHarden13</a> handles for three! <a href=»https://twitter.com/hashtag/BESTofNBA2018?src=hash&ref_src=twsrc%5Etfw»>#BESTofNBA2018</a> <a href=»https://t.co/xA0OAOHij1″>pic.twitter.com/xA0OAOHij1</a></p>— NBA (@NBA) <a href=»https://twitter.com/NBA/status/1080189046264160256?ref_src=twsrc%5Etfw»>1 de enero de 2019</a></blockquote>
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PICK & ROLL
Es élite en este aspecto. Su juego siempre ha sido tremendamente ofensivo, pero su evolución a la hora de ser cada día un mejor pasador le ha convertido en un arma incontestable desde el perímetro.
Por un lado se trata de un exterior con una gran visión de pase, lo que le permite buscar al compañero mejor posicionado una vez recibe la ayuda. Aquí vemos sendos ejemplos.
Otro de sus puntos fuertes en esta faceta es su lectura del juego. Sus fundamentos son de primera y aquí se puede observar claramente en dos detalles. Primero en la búsqueda del contacto con el bloqueador de su defensor y después en la asistencia una vez Embiid ha salido de su zona para evitar el tiro del base.
Y luego está su magia. Hay trucos que no se enseñan. Capela tiene mucha suerte de ser su ayudante en la mayoría.
Con todo esto esperemos que se pueda entender un poco mejor el desbordante momento de lucidez que vive Harden, siguiendo la estela de sus dos últimos cursos e intentando ir más allá. Su mejor versión hasta la fecha es esta, pero no sabemos si el futuro nos deparará una todavía más determinante. Parece difícil de imaginar, pero con Harden nunca se sabe. Casi todo se puede explicar, pero hay cosas que se escapan a toda lógica y esas son las que dejamos al margen en estas letras. Por algo el baloncesto es tan bonito, porque combina lo simple con lo complejo, lo posible con lo imposible.
Artículo publicado en Gigantes: 02/01/2019