Los Celtics sueñan con todo. La ilusión se ha vuelto a teñir de verde en la ciudad de Boston. El conjunto de Brad Stevens ha logrado encajar a la perfección todas las piezas y se ha sumado a la lucha por el anillo.
La llegada de jugadores como Kyrie Irving han dado otra dimensión a un proyecto que ya tenía buena pinta, pero que, ahora, es un serio candidato al título. La historia pesa y los Celtics la están soportando bien. Segundos en el Este, con un balance de 52 victorias y 23 derrotas, no quieren salirse del camino que han iniciado.
¿Por qué los Celtics van a ganar el anillo?
La seriedad, el alto nivel de intensidad que imprimen a cada choque, la vitalidad extra de sus jóvenes y su amplio roster con múltiples figuras, hacen pensar que están preparados para aguantar a cualquiera en unas finales.
Una de las claves, la defensa. Impecables en ese trabajo. Todos se implican, bajan el culo, se remangan e impiden el máximo número de canastas. Si mantienen ese nivel será complicado que, como poco, no fuercen más de un séptimo partido.
La otra baza, Kyrie. Irving pone la magia en un equipo que tiene mucha, pero que encuentra en el base a su número 1. Sus 24 puntos por partido y su feeling cuando llegan los momentos calientes hacen presagiar lo mejor. Irving, acompañado por toda su horda de guerreros, quiere clavar su flecha en el aro de cualquiera que se interponga en un nuevo anillo para su mano.
¿Por qué los Celtics no van a ganar el anillo?
Los Celtics son una potencia, pero su mayor problema es la baja de uno de sus jugadores franquicia desde el principio del curso, Gordon Hayward.
Cierto es que han disminuido, en gran medida, el efecto de no contar con una estrella como el ex alero de Utah, pero su baja sigue siendo crucial.
Aunque algunos no se acuerden o le resten importancia, estamos hablando de que no podrán contar, llegado el momento, con uno de los mejores jugadores de la NBA. Ahora mismo no importa, pero en unas finales, y teniendo en cuenta los jugadores que aparecerán en ellas, su baja puede ser un detalle trascendental.
Artículo publicado en Gigantes: 30/03/2018